ahora te miro sentada con los codos en las rodillas
lejana como la pantalla
quisiera tocarte
subo las escaleras de tus piernas y tu me esperas recargada en la pared, fumando un cigarro, te pareces a una de esas mujeres de las películas, te indignas ante el comentario pero me das la mano y me guías dentro
nunca un espacio me pareció sensual
siempre es diferente cuando apagas la luz
hay quienes se quedan dormidos en donde otros lloran
yo miraría tus piernas toda la noche
sigo yendo a buscarte, a veces me parece verte en la oscuridad de la proyección, en los muros gastados por las voces, en los ojos de asombro de los niños
siempre vemos las mismas películas dices enojada
no sé qué he venido a gritar en estas ventanas, no puedo escuchar mi propia voz, el eco se come mis palabras
un asiento vacío me da una idea
silencio, la función comienza
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