martes, 12 de junio de 2012

NAICA




Debajo del coche, a pocos metros bajo la superficie, la tierra crujía en dolorosos espasmos de roca. Algo se escuchaba de su lamento y se mezclaba con el silbido del aire sobre el río, entre las montañas. Sintió encogérsele el pecho.

Naica es una cueva, una mina y un pueblo, al sur de Chihuahua. Para llegar hay que atravesar una carretera que cruza en medio de la hacienda Santa Gertrudis y un inmenso rancho que el ejército mexicano ocupa para sus entrenamientos.Naica, en tarahumara, significa: lugar sombreado. La enorme montaña es la que da sombra, así como nombre y sustento a los habitantes.

Los láseres finos como luminosos vasos capilares leyeron cada una de las líneas curvas sobre su piel, ésas que le hacían ser. Alguna vez leyó en quién sabe dónde que las huellas digitales eran marcas de las ondas del líquido amniótico sobre la delgada piel del feto producidas por los movimientos que nuestras madres realizaron durante el embarazo. un chasquido metálico se dejó oír desde el interior de la caverna.

En el año 2000, a 120 metros de profundidad, dos mineros encontraron un sitio único en el mundo: La Cueva de los Cristales.

Abrió la puerta y entró. Encontraron una corriente de aire y cavaron hasta poder entrar. Descubrieron que había una cavidad inmensa, que caerían al vacío si continuaban.

La cueva está formada por cristales de selenita de entre tres y quince metros de largo. A causa de las altas concentraciones de sodio en el agua, el yeso se precipita formando los cristales translúcidos y puros, con brillo de luna. Por eso se llama yeso variedad selenita, por Selene, la diosa de la luna.

Se supo que todo terminaría. Que no habría dónde esconderse o escapar. Que, después de millones de años, alguien apagaría la luz, cerraría el libro, guardaría los instrumentos en sus estuches para siempre. La oscuridad, el silencio, y ningún testigo. Pero en ese entonces, en la alegría del hallazgo, la Tierra parecía eterna.

Hay todo tipo de cuevas; en algunas de ellas incluso el ser humano ha podido vivir, sin embargo, dentro de la Cueva de los Cristales es imposible estar más de diez minutos. La temperatura dentro de la cueva varía entre los 39 y 45 grados, y la humedad está al cien por ciento; esta combinación es mortal para cualquier ser vivo. Para que la maravilla exista es necesario el sacrificio. 
   
Las bellas figuras de alabastro se rompían con el tintineo de las copas de cristal. La cueva se movía como transportada por la pleamar. Deseaba ser ingrávida.

En un pequeño vientre de la Tierra donde parecía que nada malo podría pasar. Comenzamos a sentir algo muy fuerte y muy extraño: que el tiempo no existía.

Hay alguien aquí mirando, escondido.

Cuando estás dentro de la Cueva de los Cristales todo se detiene, pero el calor y la humedad son tan fuertes que dejas de mirar y comienzas a sentir, poco a poco te conviertes en algo más: las manos, la nariz, los oídos, todo se transforma. Respiras y espiras diferente. Cuando sales de la cueva, regresas, pero ya no eres el mismo; algo ha cambiado y para todos es diferente.

Afuera apenas amanece.



miércoles, 6 de junio de 2012

Amor en el Vive Latino






El primer límite: el nombre



1. El nombre
Me llamo Oriana. Cuando me adentré en el Vive Latino llevaba conmigo nueve máscaras y una cámara. El primer límite es la máscara. La que usamos todos los días según la ocasión. Vivimos en un mundo en el que es preferible ocultar las emociones, porque creemos que eso nos da poder sobre los otros. Las máscaras son un símbolo ambivalente, por un lado nos contienen (aquellas máscaras invisibles que a veces ni siquiera sabemos si traemos puestas) y, por otro, nos expanden, pues nos introducen en una nueva personalidad, la cuál, nos muestra otras posibilidades del ser. Con máscaras nos atrevemos a cruzar los límites y con máscaras marcamos límites a los otros.

Así como las serpientes fui cambiando de piel. Dejando atrás ciertas creencias, encontrándome con la gente, observando cómo cada uno expandía o guardaba sus límites.*


*(Este proyecto lo realizé para la Biblioteca Móvil de Alumnos 47 y después Majo y yo les enseñaremos el resultado final)

Cuatro chavos